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OPINION |
Reflexiones Libertarias 02-24-2007 Ricardo Valenzuela Website: Biografia Completa |
LOS APRENDICES DE CARLOS SLIM
REFLEXIONES
LIBERTARIAS
Ante el ocaso de la
primera década del nuevo milenio, México continúa su ajetreado camino en busca
de la ansiada prosperidad. En ocasiones anteriores hemos afirmado cómo el pacto
de Calles de 1929, de una forma artera fijó como uno de sus principales
objetivos evitar el desarrollo de una sociedad civil fuerte e independiente.
Los resultados son una serie de sectores domesticados y totalmente
dependientes; el sector obrero, campesino, popular etc. Sin embargo, un sector
del que casi no se habla y el más perjudicial para el país, es el de los
empresarios dependientes de las marañas gubernamentales de corrupción y
complicidad
El comunismo ha
muerto, sin embargo, todavía prevalece el heredero de tal aberración, el
estatismo. Es ahora el estatismo el que se bate con la otra ideología
sobreviviente por lograr la conquista de las mentes de los hombres del tercer
milenio: la libertad en manos de la sociedad civil. La responsabilidad
individual del hombre para buscar el bienestar suyo y de su familia, sin que
alguien se lo ofrezca a cambio de su dignidad
Una posición inicia y termina con el Estado.
Es la sociedad estatista en la que el gobierno regula y controla la mayoría de las
relaciones de la sociedad coartando su libertad, su iniciativa, su creatividad.
La otra posición inicia y termina con el individuo. Es la sociedad civil a
través de la cual la gente se autorganiza en asociaciones voluntarias y de
intercambio. La sociedad estatista promete la felicidad a cambio de una buena
parte de la libertad y, sobretodo, de la dignidad. La sociedad civil de alguna
forma garantiza la libertad. La felicidad es responsabilidad de cada individuo.
Tal vez pudiéramos
entender el impulso estatista de los miembros de la sociedad que no tienen
educación, los enfermos, los débiles. Pero, ¿por qué el empresario decide ceder
su libertad? En México, desde el triunfo de “la revolución” se ha establecido
ese pacto diabólico entre el estado y sus empresarios como una de las formas de
repartir el botín. El empresario estatista no pregunta por qué el gobierno
tiene todas las cartas, él solo acepta la mano que le dan seguro de que las recibidas
están marcadas. Para jugarla conservadoramente, el empresario burócrata
simplemente le sigue el juego al gobierno sin importarle la distorsión que
causa en los mercados.
El empresario
estatista al unir fuerzas con el gobierno en lugar de luchar en contra de un
estado activista e intruso, se convierte en parte del cáncer nacional. Ese
empresario dócil y pegado a la ubre gubernamental, es la causa del gran
desprestigio que el capitalismo y los mercados han sufrido en muchas partes del
mundo. Este tipo de negociante es alérgico a la incertidumbre de los mercados, al
riesgo natural de los negocios. Lo que buscan es un gobierno que garantice
seguridad sin riesgo, la oportunidad de triunfar sin la posibilidad de
fracasar. Al empresario estatista no le gusta la competencia. Siendo esta la
base del buen funcionamiento de una economía de mercado, él busca concesiones
exclusivas.
En nuestro país
como consecuencia de estos arreglos, las fronteras por años permanecieron cerradas no solo para los productos
extranjeros, sino para las ideas diferentes a las que se han usado para
petrificarnos el cerebro. El espíritu de conquista que siempre caracterizó a
los hombres del campo mexicano para dominar desiertos, selvas, pantanos, ha
sido vergonzosamente aniquilado a través de las trampas invisibles que los
gobiernos revolucionarios les tendieron a nuestros agricultores con los precios
de garantía, los subsidios, el FIRA, Conasupo, la SARH, etc, a nuestros
ganaderos con los permisos de exportación, la reforma agraria, los certificados
de inafectabilidad, el PROCAMPO, el Banco Rural etc, etc, para de esa forma
lograr un sector totalmente dependiente de las decisiones del supremo gobierno.
Von Mises afirmaba
que las recesiones son buenas porque son las que sacuden al árbol de las
economías de los países. Las sacudidas, continuaba, sirven para que los malos
proyectos desaparezcan, los frutos malos caigan del árbol. Sin embargo, en una
relación simbiótica como la que tienen los empresarios estatistas con el
gobierno, eso no sucede, el estado de inmediato entra el rescate de los proyectos
que se estructuraron sobre cimientos arenosos, de esa forma negándoles la
oportunidad de aprender de sus errores y pagar ellos por los mismos. El
FOBAPROA y sus derivados es una muestra de esa relación de dependencia
enfermiza. Después de una serie de errores históricos que van desde la
expropiación de la banca, una muy cuestionable privatización, el crecimiento
irracional del crédito, el error de Diciembre, la quiebra, ahora se baja el
cero y no toca, que pague Juan Pueblo
Domingo Cavallo ex
secretario de Economía de Argentina en una ocasión afirmó: “Cada peso es un
contrato entre el gobierno y el poseedor de ese peso. Ese contrato garantiza
que cada peso---como una unidad de valor por el cual su poseedor ha trabajado
arduamente---valdrá lo mismo hoy que mañana. Si el gobierno no respeta ese
contrato, está quebrantando la ley. El único papel del gobierno en la economía
debe ser el de garantizar la integridad de las transacciones del mercado.”
Jefferson uno de los padres de los EU definía la función del gobierno de la
nueva nación: “Protector de vida, libertad, y propiedad.” Más de eso afirmaba,
es intrusión.
Sin embargo, desde
el invento de Roosevelt “The new deal,” los gobiernos empezaron su invasión en
todos los ámbitos de la sociedad a la que supuestamente deben servir. En el
caso de México, la constitución socialista que nos ha regido por más de 90
años, lo dice de una manera muy clara; “el estado debe ser el rector de la
economía del país.” Esa rectoría le ha dado también la autoridad y la forma de
establecer sus pactos diabólicos con esos empresarios estatistas que han venido
a distorsionar de una forma aberrante la función de una verdadera economía de
mercado
El sector empresarial es neurálgico en la construcción y desarrollo de una economía. Recordemos que economía es oferta y demanda. La oferta de bienes y servicios la tiene que proporcionar el sector empresarial, no es estado. Robert Mundell el galardonado premio Nobel de economía, ha construido su reputación con base a sus teorías de como activar saludablemente esa oferta. El punto de partida de sus teorías es una sociedad civil con espíritu empresarial independiente. Es hora de que los mexicanos desmantelemos ese esquema en el cual una pequeña parte de la pirámide social funciona bajo ese “capitalismo de estado” que tan cruelmente representa Slim, mientras que la inmensa mayoría vive el socialismo de los pobres.
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